martes, 18 de noviembre de 2008

Cursillo de Lógica. 15

Clase nº 15:
"Introducción a la lógica" de I.M.Copi.

"No hay arte más importante que el de recibir impresiones, porque las impresiones del hombre son un alimento tan real como el pan diario."
R.S.De ROPP. "El Juego Supremo". Edit. YUG, pag.79

III.2. "Falacias de Atinencia" (Continuación) (pags. 88 a 91)

5. ARGUMENTUM AD MISERICORDIAM (llamado a la piedad)

Como su nombre lo indica esta falacia se comete cuando en vez de argumentar lógicamente se apela a la misericordia, a la piedad, a la benevolencia del otro.

¿Dónde se encuentran, habitualmente, estas falacias?

En los tribunales de justicia. Los abogados son hábiles en marear la perdiz utilizando cuestiones que si bien no tienen relación con los hechos que se juzgan llaman a las emociones de los encargados de decidir.

Un ejemplo de lo anterior lo trae Copi al transcribir la defensa de un integrante de un sindicato acusado de conspiración criminal:

"Apelo a vosotros no en defensa de Thomas Kidd, sino en defensa de la larga sucesión -la larguísima sucesión que se remonta hacia atrás a través de las épocas y que se proyecta hacia adelante en los años del futuro- de los hombres despojados y oprimidos de la tierra. Apelo a vosotros por los hombres que se levantan antes de que amanezca y vuelven a su hogar a la noche, cuando ya la luz ha desaparecido del cielo, y dan sus vidas, sus fuerzas y su trabajo para que otros se enriquezcan y se engrandezcan. Apelo a vosotros en nombre de esas mujeres que ofrendan sus vidas a dios moderno del dinero y apelo a vosotros en nombre de sus hijos, los que viven y los que aún no han nacido". (pag. 88)

Con esa carga sobre los hombros ¡menuda tarea la del tribunal!

Observese que no se habla para nada de la acusación y de los hechos que la fundamentan. De lo que se trata es de levantar una tempestad de emociones que dobleguen la mano del juez o del jurado.

Este ejemplo sería hasta gracioso si no tuviera in mente otros muchos más crueles. Pensad en tantos juicios "populares" donde se interroga a la multitud presente sobre los delitos del acusado (delitos reales o supuestos). ¿Quién puede oponer un razonamiento lógico pero, por su propia naturaleza, largo y complejo frente a un fiscal que menciona los sufrimientos del pueblo intentando liberarse?

En realidad aunque un acusado sea condenado por delitos reales (y graves) la misma pena queda invalidada (ética y jurídicamente hablando) por la manera en que se ha arribado a ella. Es un caso donde los *medios* que se utilizan son esenciales para el fin que se desea. Una sociedad que no puede permitirse un juicio justo (y por lo tanto lento, mesurado y a cubierto de las emociones personales) está demostrando, implícitamente que, como el abogado del ejemplo anterior, tiene serias dudas sobre lo que defiende. Y por ello apela a las benevolencia o al sentimiento de venganza, y no a la razón.

La falacia del Argumentum ad misericordiam es habitual; y no hay persona que no la haya utilizado (consciente o, muchísimas veces, inconscientemente) para defender o atacar alguna causa. Los políticos la usan para sus fines y la gente normal tambien se sirve de ella en multitud de circunstancias. De lo que se trata es de obtener un resultado, no de establecer una verdad, y en este sentido todas las falacias que comentamos son muy prácticas; lo que no quita que sean totalmente falsas (en su pretensión de establecer la relación lógica entre dos o más proposiciones).

Dice Copi:

"El argumentum ad misericordiam es usado a veces de manera ridícula, como el caso del joven que fue juzgado por un crimen particularmente brutal, el asesinato de su padre y de su madre con un hacha. Puesto frente a pruebas abrumadoras, solicitó piedad sobre la base de que era huérfano".

Otras variantes del mismo argumento pretende excluir la responsabilidad personal describiendo las condiciones sociales o psicológicas donde transcurrió parte de la vida de un delincuente, por ejemplo. Recuerdo un reportaje por televisión en el que un joven preso acusaba a la sociedad por estar en esa situación. Fué ésta y no él la culpable por haberlo criado en extrema pobreza; librado así a todos los males que son comunes en la miseria.

Aquí se produce una extraña (pero no inhabitual) inversión del conflicto. Es el acusado el que acusa... y deja en la penumbra, por ejemplo, por qué tantos miles de personas en parecidas circunstancias no hicieron lo mismo que él.

A veces... tratarse como un "robot", como un puro mecanismo carente de libertad de elección puede ser un buen argumento de defensa; incluso puede ser tan convincente que hasta puede atraer a gente bien intencionada pero que apenas discierne las consecuencias de sus pensamientos.

Piensese, por ejemplo, que igualmente un psicópata podría acusar a su "naturaleza" el haberse convertido en asesino en serie; o que alguien que explota a sus semejantes puede alegar que su familia lo crió de tal manera que no le dejó ninguna opción más humanitaria. Por este camino se destruye el derecho, y con él la convivencia. Y lo que es peor, la defensa de los débiles y de las víctimas que, siguiendo el mismo razonamiento, deberían agradecer que sobre ellos se ejerza cualquier desafuero. Al fin de cuentas es la naturaleza "en acción", y ya se sabe, que lo natural (aunque mate) no es malo... y si lo es, no hay responsabilidad individual, sólo colectiva.

La liquidación de la responsabilidad individual es el camino más seguro para establecer la dictadura de los más fuertes, los más audaces y tambien los más asesinos.

El Argumentum ad misericordiam no tiene consecuencias tan funestas. Todos podemos usarlo con tranquilidad (como hasta ahora); pero no deberíamos perder de vista que no establece ninguna conexión entre hechos (o mejor dicho entre las proposiciones que hablan de hechos), sino que convence porque una persona emocionada pierde de vista, en gran parte, las relaciones subyacentes a cualquier situación. No es cuestión de no emocionarse (ni de dejar de emocionar a los demás), sino, simplemente, de no confundir un afecto con una relación de causalidad.

 

II. Ampliación.

Emoción, término empleado frecuentemente como sinónimo de sentimientos y que en psicología se emplea para denominar una reacción que implica determinados cambios fisiológicos, tales como la aceleración o la disminución del ritmo del pulso, la disminución o el incremento de la actividad de ciertas glándulas, o un cambio de la temperatura corporal. Todo ello estimula al individuo, o alguna parte de su organismo, para aumentar su actividad.

Las tres reacciones primarias de este tipo son la ira, el amor, y el miedo, que brotan como respuesta inmediata a un estímulo externo, o son el resultado de un proceso subjetivo, como la memoria, la asociación o la introspección. El psicólogo conductista estadounidense John Watson puso de manifiesto en una serie de experimentos que los niños pequeños son ya susceptibles de tener estas tres emociones, y que las reacciones emocionales pueden condicionarse.

Los estímulos externos disminuyen su importancia como causa directa de la reacción emocional de un individuo según éste madura, y los estímulos que suscitan estas emociones se vuelven más complejos. Así, la misma condición ambiental que inspiraría ira en un niño pequeño puede causar miedo en un adulto. No obstante, según aumenta el nivel emocional de la reacción, el parecido entre los distintos tipos de reacción aumenta también: la ira extrema, el pánico o el resentimiento tienen más en común que las mismas reacciones en fases menos exageradas.

Todas las reacciones emocionales están acompañadas por alteraciones fisiológicas momentáneas, como en el caso del aumento del ritmo del corazón durante un acceso de ira. El miedo, por ejemplo, puede desencadenar manifestaciones violentas, como el temblor de los miembros o una momentánea pérdida de voz.

"Emoción." Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2001.

 

III. Personajes.

Sigmund Freud - Semblanza

6-mayo-1856 en Freiberg. Moravia- Londres 1939.

FREUD, que murió en Londres en 1939, es determinante en la psicología moderna. En cierto sentido se parece a Marx, en la medida que sus ideas influyeron no solo en la psicología sino también en todas las ciencias del hombre, así como en el arte y la filosofía.

El psicoanálisis disciplina que el creo tuvo un gran desarrollo a partir de los años veinte de nuestro siglo y aun lo sigue teniendo, aunque en forma mucho más moderada. A pesar de nunca haberse dedicado al estudio de niños, para FREUD la infancia es crucial en el desarrollo psicológico del ser humano. La frase el niño es el padre del hombre para FREUD es una realidad incontestable.

Otro aspecto fundamental de la doctrina es el concepto de "inconsciente", hay una faceta de la conducta que se escapa al escrutinio del propio sujeto. Los verdaderos móviles de los actos se nos ocultan y solemos atribuirlos a razones que el análisis profundo demuestra inconsistentes y triviales.

FREUD afirma que junto a las necesidades biológicas de alimentación y abrigo el bebe necesita fundamentalmente del afecto de sus cuidadores. Una necesidad que es propia de la energia sexual a la que llamo "libido". El bebe experimenta esa energía como una pulsion, una fuerza extraordinaria. Un buen desarrollo emocional implica que la libido pase por diversas etapas conflictivas en las que siempre cabe la posibilidad de fracasos, con lo que se sienta la base para posteriores trastornos de la personalidad.

En este desarrollo de la libido la edad alrededor de los cinco años, es crucial.

Es en esa época donde el niño acepta plenamente a sus padres como pareja con la cual no compite o desea reemplazar al progenitor de sexo opuesto. Este conflicto, al que FREUD llamo edipico permite la introducción del infante en la vida social. Normalmente la resolución del conflicto edipico coincide con la apertura de la vida escolar. Aunque este proceso cada vez se inicia mas temprano.

FREUD ha sido criticado con mucha ferocidad. Desde negar el carácter científico al psicoanalisis (ver BUNGE) hasta considerar que el creador de la doctrina era un obseso sexual. Otras criticas se dirigen a aspectos poco tratados en el psicoanálisis primigenio, por ejemplo, el desarrollo sexual de la mujer. La niña también tiene su etapa edipica aunque la cosa se complica por su propia anatomía diferencial. Algunas feministas consideran que FREUD nunca entendió la psicología femenina.

Probablemente FREUD hubiese sonreído ante criticas tan pasionales como superficiales. Nosotros no tomaremos partido. El unico mensaje que queremos dejar es que FREUD reunía todas las condiciones para ser llamado científico, lo que no quita que la ciencia investigue y, por supuesto, deje de aceptar proposiciones que un día fueron consideradas válidas.
(Notas de Carlos Salinas)
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Carlos Salinas 
19-enero-2001
Barcelona. España.

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